La cebada (Hordeum vulgare) es el principal cereal utilizado en la fabricación de piensos en España. La cantidad total consumida por la industria de piensos en España es del orden de 6,5 millones de Tm/año, lo que supone alrededor de un tercio del total de los cereales pienso. En el mercado nacional se encuentran dos tipos: la cebada cervecera o de dos carreras y la caballar o de seis carreras. En la práctica no es fácil distinguir los dos tipos. Los proveedores los mezclan a veces, ofreciéndolos como cebada cervecera, dada su mayor valoración por la industria de piensos. Los análisis medios de los últimos seis años muestran una tendencia hacia una reducción en el contenido en proteína y un aumento de la concentración de almidón, probablemente por un menor uso de fertilizantes nitrogenados. Por ello, en las tablas se presentan dos fichas definidas por un nivel proteico superior (11,3%) o inferior (9,6%). Además, existen diferencias notables en su composición en función de la climatología y la zona de procedencia. Años y zonas secas dan lugar a cebadas con un menor contenido en almidón y energía (hasta 200 kcal menos de ED en porcino), y una mayor proporción de fibra y proteína. Existen también variedades de granos desnudos con mayor contenido en proteína y almidón y menor proporción de componentes de la pared celular, pero más sensibles a plagas y enfermedades.
El grano de cebada está compuesto por un 3,5% de germen, un 18% de pericarpio y un 78,5% de endospermo (incluyendo la aleurona). El germen es rico en azúcares (sacarosa, rafinosa y fructosanas). El pericarpio está lignificado y es abrasivo debido a la presencia de sílice en la epidermis. La capa de aleurona es rica en fibra, proteína, triglicéridos y azúcares. El endospermo es fundamentalmente de tipo harinoso. La matriz proteica que envuelve los gránulos de almidón es fácilmente degradable en el rumen, lo que facilita la accesibilidad y fermentabilidad del almidón. El procesado del grano tiene un efecto pequeño sobre su valor nutritivo, similar al descrito para el trigo.
El contenido en almidón y la proporción de amilosa de la cebada, son inferiores a los del maíz y trigo. La presencia de las glumas en el grano implica un contenido elevado en fibra, aunque su grado de lignificación es bajo (6% de LAD sobre FND). La mayor parte de la fibra está constituida por ß-glucanos y pentosanas, en proporciones muy variables (1,6-8,3% y 4,4-8,7%, respectivamente) dependiendo de la variedad, zona de procedencia y climatología. El contenido medio de ß-glucanos es superior al del trigo, maíz y centeno, y similar al de la avena. Al estar localizados en la pared celular del endospermo y de la capa de aleurona, su proporción aumenta en granos desnudos y es también superior en variedades de 2 respecto a 6 carreras. La concentración de estos componentes fibrosos aumenta en condiciones de falta de humedad durante la etapa de maduración del grano (golpe de calor), lo que da lugar a variaciones geográficas e interanuales importantes. Estos compuestos son parcialmente solubles en agua, e incrementan la viscosidad del contenido digestivo, lo que supone un descenso de la ingestión y dificulta la absorción de los demás nutrientes. Estos efectos son más importantes en aves jóvenes, ya que carecen de los enzimas necesarios para su hidrólisis, acentuándose los problemas de camas húmedas. Estos inconvenientes se reducen considerablemente mediante la suplementación del pienso con enzimas (ß-glucanasas y pentosanasas).
La proporción de proteínas solubles (albúminas y globulinas) en la proteína total es relativamente alta (25%). El grano contiene además un 52% de prolamina (hordeína) y un 23% de glutelina. Tanto la calidad proteica como la degradabilidad ruminal de la proteína (75%) son relativamente altas con respecto descrito para el trigo.
La cebada tiene una baja proporción de grasa (<2%) y de ácido linoleico (0,7%), dando lugar por tanto a canales de calidad. También tiene un bajo contenido en pigmentos, vitaminas liposolubles y vitamina B12. En cambio, es una fuente excelente de algunas vitaminas del grupo B (tiamina, riboflavina, piridoxina, ácido pantoténico) y de niacina, aunque en este último caso su disponibilidad para monogástricos es escasa (10%).