La patata (Solanum tuberosum) y la patata dulce o batata (Ipomea batatas, L.) son cultivos típicos de zonas templadas y tropicales, respectivamente. La producción mundial se estima en 300 y 100 millones de Tm, respectivamente, estando concentrada en Europa y Asia, respectivamente. Ambos tubérculos se utilizan preferentemente como fuente de almidón para consumo humano o industrial. Sus excedentes y las partidas que no cumplen los requisitos para su consumo humano se destinan frecuentemente a la alimentación animal.
El contenido en humedad en los tubérculos frescos es muy alto (del orden del 75%). El coste de la desecación es, por tanto, elevado por lo que a veces se utilizan en forma fresca o ensilada (especialmente en rumiantes) o se desecan al sol.
Los dos alimentos presentan una elevada concentración en almidón (> 60%). En el caso de la patata, se encuentra en gránulos característicos de tipo esférico, con una relación amilosa: amilopectina de 1:3. El almidón de la patata cruda puede digerirse por vía microbiana, pero no por la amilasa pancreática. La digestibilidad del almidón en animales monogástricos de patatas ensiladas o desecadas al sol no es muy superior al de la patata cruda (alrededor del 25%), pero puede incrementarse notablemente (> 90%) mediante procesado térmico a alta temperatura (100º C). El procesado permite también mejorar considerablemente la palatabilidad de este alimento para ganado porcino. El almidón de la batata está compuesto en su mayor parte por amilopectina (60-70%) y es fácilmente digestible en todas las especies. La batata tiene también un contenido apreciable en azúcares (7,5%), principalmente sacarosa, y en hemicelulosas (5%), con un bajo grado de lignificación (2% LAD).
El valor energético de la patata cocida y de la batata es alto en todas las especies animales, similar al del grano de cebada. Sin embargo, se trata de ingredientes marcadamente deficitarios en numerosos nutrientes esenciales, por lo que su eficacia energética va a depender en gran medida de una adecuada complementación. Así, su contenido en grasa es muy bajo (< 1%), de modo que dietas ricas en estos alimentos pueden presentar deficiencias en ácido linoleico. Tienen también un bajo contenido en minerales esenciales, excepto potasio y hierro. Además son deficitarios en proteína y en aminoácidos esenciales. El contenido medio en proteína de la patata se sitúa alrededor del 10%, del cual aproximadamente la mitad corresponde a nitrógeno no proteico. En el caso de la batata el contenido proteico es inferior (3,3% PB).
Ambos tubérculos contienen un inhibidor trípsico que resulta parcialmente inactivado cuando se deshidrata a alta temperatura, pero no cuando se desecan al sol. Las patatas verdes y los brotes contienen también un alcaloide tóxico (solanina) que produce síntomas similares a los de la gastroenteritis.