El altramuz más utilizado en nuestro país en alimentación animal es el de origen australiano de flores azules, o altramuz azul (Lupinus Angustifolius, variedades de tipo dulce). En relación con el Lupinus Albus cultivado en Europa, tiene un menor contenido en proteína (30 vs 35%) y grasa (5 vs 10%) y un mayor contenido en fibra (15 vs 10% FB).
El grano de altramuz tiene un alto contenido en proteína, con un grado de utilización medio/alto en todas las especies animales. Sin embargo, su uso se encuentra limitado en monogástricos (al igual que el de otros granos de leguminosas, como guisantes y habas), por la baja proporción de su fracción proteica en aminoácidos azufrados y sobre todo en triptófano. Su contenido en fibra puede resultar limitante en este tipo de piensos, aunque su grado de lignificación es bajo. El altramuz contiene una fracción péctica importante en forma de galactanos, que son carbohidratos fácilmente degradables por los microorganismos del rumen pero menos digestibles en aves. Teniendo en cuenta el contenido adicional de oligosacáridos, resulta una proporción total de fibra soluble muy apreciable (alrededor del 20%). Por otra parte, el altramuz tiene un contenido significativo de grasa insaturada (5,5%), con una alta proporción de oleico y linoleico, y un nivel muy bajo de almidón. En conjunto, su valor energético es elevado en rumiantes, bastante alto en porcino, conejos y caballos y relativamente más bajo en aves.
Su contenido en factores antinutritivos termolábiles es muy bajo, por lo que caben esperar pocas respuestas a su procesado térmico. Sin embargo, variedades no seleccionadas pueden contener niveles altos de alcaloides (20 g/kg) que reducen la palatabilidad del alimento por su sabor amargo, aunque también podrían tener efectos antimicrobianos frente a algunas enterobacterias patógenas. El contenido medio de alcaloides en variedades dulces oscila entre 0,2 y 0,5 g/kg. El contenido en manganeso del grano del altramuz blanco es muy elevado (500-4000 ppm) pero no parece afectar negativamente a la productividad ni de rumiantes ni de monogástricos.
El grano de altramuz es una materia prima muy adecuada para la alimentación de vacas de leche por su apreciable contenido en grasa y fibra digestible. La degradabilidad de su proteína es relativamente elevada por su alta proporción de globulinas (80-90%); ésta puede reducirse por procesado pero sus efectos beneficiosos son dudosos dado su desequilibrio en aminoácidos esenciales y el coste del tratamiento. En ganado ovino se recomienda el suministro de los granos enteros para aumentar su tiempo de digestión en el rumen y reducir problemas de acidosis. En ganado vacuno se requiere algún grado de procesado físico para evitar que un porcentaje significativo de granos (alrededor de un 25% en vacuno lechero) pasen inalterados por el conjunto del aparato digestivo. En ganado ovino extensivo se considera una buena complementación para pastos y forrajes de baja calidad, especialmente en periodos de flushing. En estos casos suele distribuirse directamente sobre el pasto con abonadora para limitar su accesibilidad al consumo por los animales.
El altramuz tiene un bajo contenido en azufre y aminoácidos azufrados por lo que cabría esperar respuestas a la suplementación con fuentes inorgánicas de este elemento en algunas dietas de rumiantes extensivos.
Al igual que otros granos de leguminosas el altramuz es una materia prima de fácil manejo y estable en fábrica. Su composición química es bastante homogénea. El 95% de las muestras estudiadas se encuentra en un rango de composición comprendido entre 8-11% (humedad), 28-33% (proteína), 13-17% (fibra bruta) y 4,5-6,5% (extracto etéreo). Muestras con mayor proporción de proteína tienden a tener también una mayor concentración de fibra y grasa y un menor contenido en humedad.
Regresiones de predicción del valor nutritivo Lisina (%) = 0,411 + 0,0334 PB (%) (Allendale, 1990) |